UN DÍA COMO HOY: Domingo 20 de Setiembre de 1885
En fin, como a las 5 h. a.m. dormí un poco y sudé bastante, despertando a las 8 h. a.m. bastante regular. Me levanté, pero viendo que la temperatura se elevaba a 39º 4 y que el decaimiento se pronunciaba instante por instante, me recosté en un sofá en donde quedé postrado todo el día, sin darme cuenta de lo que pasaba por mí, y esto por el espacio de siete horas próximamente. Me hallaba en un sopor que se asemejaba al coma. A las 5 de la tarde de dicho día veinte, como no había almorzado por encontrarme en ese estado quise comer, pero tenía una anorexia tal, que solo la vista de los alimentos me provocaba náuseas; no pude pues pasar alimento alguno. La sed que tenía era devoradora. En la noche la temperatura subió a 39.8º. Los dolores seguían lo mismo, despertándose á más de los que he mencionado, uno fijo en la articulación de la falange con la falangita del dedo meñique de la mano izquierda, con un poco de infarto y otro muy fuerte en la articulación radiocarpiana de la mano derecha. La orina era escasa, de color rojo, oscuro y muy sedimentosa.
Igualmente, debido a la fiebre, Carrión se administra sulfato de quinina un gramo diario, dividido en varias partes.
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