UN DÍA COMO HOY: Sábado 19 de Septiembre de 1885
Por la mañana como en el día anterior; en la tarde el malestar se marcó bastante, como nunca; en la noche á las 8 he tenido un calambre fuerte en la extremidad abdominal derecha। A las 11 y 30 gran decaimiento y postración, media hora después fortísimos escalofríos cortos y repetidos que me hacían castañetear involuntariamente los dientes; habiendo desaparecido el escalofrío, algún tiempo después me quedó una postración suma y una sensación general de calor quemante; se despertó en seguida una fiebre elevadísima, que me fue imposible marcar por medio del termómetro, porque no podía ni moverme en la cama। Los dolores se habían generalizado en todo el cuerpo; así sentía cefalagia gravativa, dolor constrictivo en el tórax y paredes abdominales, dolores óseos, articulares y musculares en los miembros; dolores momentáneos que seguían el trayecto de ciertos nervios, otros que se manifestaban en el curso ó dirección de algunos músculos tales como el bíceps braquial y los de la región externa de los antebrazos y piernas. Estos dolores se aumentaban por la presión o el trabajo a que sometía voluntariamente dichos músculos.
No me mantenía mucho tiempo en una misma posición, que muy pronto se me hacía insoportable; á cada instante la cambiaba sin poder hallar comodidad ó descanso alguno. Tuve insomnio producido tanto por la fiebre como por los dolores. Se verificaron algunas cámaras.
Debido a la fiebre, Carrión se administra sulfato de quinina un gramo diario, dividido en varias partes.
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