Diario de Daniel A, Carrión
Mañana. 37.2º (106 p.) Durante el día solo ha tenido un vómito, y encuéntrase relativamente, más tranquilo que ayer, se ha hecho aplicar tintura de yodo en el hipocondrio derecho por haberse exagerado el dolor.
El decaimiento y la postración han tenido una marcha tan rápida, que el enfermo no ha podido siquiera sospechar la disminución tan enorme de sus fuerzas en estos últimos días: hasta ayer no más podía descender de su cama, aunque con algún trabajo para satisfacer sus necesidades corporales, pero hoy al hacerlo, después de haberse incorporado con gran dificultad deslizaba ya los pies fuera de su lecho, cuando cae pesadamente sobre él, a consecuencia de un fuerte vértigo, precedido de náuseas, según después nos manifestó. Engañado de su propio estado, cree que una vez pasado el vértigo podrá conseguir su objeto; nuevamente se incorpora, rehúsa nuestro auxilio diciendo que: “en tan poco tiempo creo imposible hayan disminuido mis fuerzas, hasta el punto de no poder sostenerme”. Esta nueva tentativa de Carrión sirvió para desvanecer el engaño en que permanecía sobre la apreciación exacta de su estado, obligándole a reclamar nuestro concurso, cuando después de haber hecho infructuosos esfuerzos no podía ya bajarse de su cama.
Dos deposiciones líquidas y fétidas fueron el resultado del día. Un nuevo síntoma tan alarmante, como de mal augurio hace presagiar el fin que aguarda á nuestro compañero. Hacia el medio día aparece por primera vez el sobresalto de tendones que se manifiesta en las manos y antebrazos, poco sensible al principio, va acentuándose más y más.
La ingestión de los medicamentos, lo mismo que la vista de la comida le provocan como siempre náuseas.
Desea permanecer solo, suplica a las personas que lo rodean no le dirijan la palabra y que hagan presente a las que vengan a visitarle, se halla durmiendo, aun cuando estuviere despierto.
Por la noche 37.4º (110 p.). La ha pasado regularmente, durmiendo algo más que en las noches anteriores y con un sueño relativamente más tranquilo. A la 1 h. a.m. una cámara. No han habido ni náuseas, ni vómitos,
Su tratamiento continúa con Tintura Quina, Id. Valeriana, Id. Lmizcle, Mixtura alcanforada, jarabe de yoduro de fierro y Vino de Peptona, aunque ya no los ingiere completo.
Mañana. 37.2º (106 p.) Durante el día solo ha tenido un vómito, y encuéntrase relativamente, más tranquilo que ayer, se ha hecho aplicar tintura de yodo en el hipocondrio derecho por haberse exagerado el dolor.
El decaimiento y la postración han tenido una marcha tan rápida, que el enfermo no ha podido siquiera sospechar la disminución tan enorme de sus fuerzas en estos últimos días: hasta ayer no más podía descender de su cama, aunque con algún trabajo para satisfacer sus necesidades corporales, pero hoy al hacerlo, después de haberse incorporado con gran dificultad deslizaba ya los pies fuera de su lecho, cuando cae pesadamente sobre él, a consecuencia de un fuerte vértigo, precedido de náuseas, según después nos manifestó. Engañado de su propio estado, cree que una vez pasado el vértigo podrá conseguir su objeto; nuevamente se incorpora, rehúsa nuestro auxilio diciendo que: “en tan poco tiempo creo imposible hayan disminuido mis fuerzas, hasta el punto de no poder sostenerme”. Esta nueva tentativa de Carrión sirvió para desvanecer el engaño en que permanecía sobre la apreciación exacta de su estado, obligándole a reclamar nuestro concurso, cuando después de haber hecho infructuosos esfuerzos no podía ya bajarse de su cama.
Dos deposiciones líquidas y fétidas fueron el resultado del día. Un nuevo síntoma tan alarmante, como de mal augurio hace presagiar el fin que aguarda á nuestro compañero. Hacia el medio día aparece por primera vez el sobresalto de tendones que se manifiesta en las manos y antebrazos, poco sensible al principio, va acentuándose más y más.
La ingestión de los medicamentos, lo mismo que la vista de la comida le provocan como siempre náuseas.
Desea permanecer solo, suplica a las personas que lo rodean no le dirijan la palabra y que hagan presente a las que vengan a visitarle, se halla durmiendo, aun cuando estuviere despierto.
Por la noche 37.4º (110 p.). La ha pasado regularmente, durmiendo algo más que en las noches anteriores y con un sueño relativamente más tranquilo. A la 1 h. a.m. una cámara. No han habido ni náuseas, ni vómitos,
Su tratamiento continúa con Tintura Quina, Id. Valeriana, Id. Lmizcle, Mixtura alcanforada, jarabe de yoduro de fierro y Vino de Peptona, aunque ya no los ingiere completo.
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