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DÍA DE LA MEDICINA PERUANA

  Daniel Alcides Carrión García es recordado como un mártir y ejemplo de dedicación máxima a la medicina, sacrificando su vida para demostra...

10/03/2009

UN DÍA COMO HOY: Sábado 03 de Octubre de 1885

Diario de Daniel A, Carrión

Temperatura 36.7º, 120 p. Agravación considerable de todos los síntomas que marchan acentuándose de la manera más rápida. La repugnancia por el medicamento ha hecho necesaria su suspensión. Han habido tres evacuaciones, seguidas de una postración tan considerable que se parece al colapsus. En la mañana de hoy se presentó a verle el Dr. Flores, quien examinó la sangre del enfermo al microscopio, notando que los glóbulos rojos se encontraban deformados é hinchados; su número contado y rectificado, era de un millón ochenta y cinco mil por milímetro cúbico; los leucocitos aumentados relativamente á los hematíes. Indicó este facultativo lo conveniente que sería la traslación del paciente á un lugar más higiénico; esta oportuna indicación no la recibió Carrión con agrado, pues durante todo el día se manifestó preocupado, vacilante entre abandonar la casa de la señora que con solícito cariño lo asistía, á la que profesaba el amor y respeto que á una madre, ó privarse de las innegables ventajas que este cambio de local le reportaría. Aplazó su salida para más tarde.

En la noche 37.7º (120 p.) Agitación extrema, cambia casi continuamente de posición; pulso blando e irregular, pequeño estremecimiento vibratorio de las arterias del cuello. La lengua está pegajosa y seca. Es inextinguible la sed, solicita bebidas ácidas, hallando en el agua con vino una bebida deliciosa, pues asegura no haber tomado nunca una tisana tan agradable; siendo de advertir que es la única que por más tiempo ha podido soportar, lo que no ha sucedido con las otras que se le han administrado, tales como: limonadas de jugo de limón, agua albuminosa, gaseosa ó con cognac, que sucesivamente se le ofrecían. La ingestión de sustancias que contienen alcohol, aumenta considerablemente la excitación y manifiesta entonces deseos de conversar.

Cuando se encuentra solo habla de su familia y de su situación, terminando por decir: “Sí, lo que tengo es la fiebre de la Oroya, aquella fiebre de que murió Orihuela; mejor es no pensar en esto, fumemos un cigarro”. Después de haberlo torcido, lo enciende con alguna dificultad, por la gran agitación de su mano; fumándolo en seguida hasta la mitad, lo arroja, y al cabo de un instante creyendo tenerle todavía, lleva su mano á la boca y la retira rápidamente al notar su engaño, haciendo un gesto de disgusto. Cinco veces se ha repetido esta escena durante la noche.

A la mañana siguiente nos manifestó que se encontraba mejor, por cuanto había podido fumar cinco cigarros, pues en la noche anterior no fumó sino tres. Interrogado acerca de lo que siente, acusa decaimiento, manifiesta deseo de levantarse, “puesto que, nos dice, me incorporo ahora sin dificultad”. Dolor ligero en el hipogastrio y en las regiones precordial y sacra. Se queja del insomnio por las molestias que le produce, pareciéndole por esta causa la noche demasiado larga y busca en la luz y conversación medios para distraerse.

La inteligencia conservada, la voz un tanto difícil, lenta y a veces muy apagada. La respiración muy irregular, después de tres ó cuatro inspiraciones amplias y ruidosas, son seguidas de algunas cortas y débiles. La piel seca y fría. Las deposiciones han sido en número de ocho. Hay incontinencia de orina que es abundante.

La ingestión de leche con agua de cal es muy pronto seguida de una deposición espumosa, fétida, compuesta de un líquido mucoso y de fragmentos de color negro adherentes al depósito. Cada defecación es precedida de un fuerte dolor de vientre, que desaparece una vez que se ha efectuado.


Los vómitos que provocaba la ingestión de la Limonada Rusa, así como las diarreas que al mismo tiempo aparecieron, motivaron el cambio de medicación, que quedó reducida á lo siguiente: Salicilato de bismuto, 2 gramos, dividido en 6 papeles, uno cada 2 horas. Albuminato de fierro, un gramo, en 5 papeles, 1 cuatro veces al día. Como tisana, agua gaseosa, nieve, helados, agua albuminosa y en fin agua con vino, que ha sido la mejor soportada.

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