Diario de Daniel A, Carrión
Por la mañana, 7h. 15 m. 36º8 (118 p. 24 r). La inteligencia se ha perdido casi completamente; de vez en cuando llama a alguno de los amigos que lo rodean, y una vez cerca de él, nos mira indiferente como si no nos conociese. La palabra es más y más ininteligible; continúa la carfología y el crocidismo.
A las 10 a.m. una deposición.
Otra deposición a las 11. h.
A las 12¼ 35.9º. (115 p. 26 r). El resto del día lo ha pasado en el mismo estado.
A las 9 y 20 37.1º (120 p. 26 r). Desde hace algunos instantes ha entrado en coma interrumpido de rato en rato por quejidos entremezclados con palabras incomprensibles; pocos instantes después pronuncia con bastante claridad la siguiente frase: “Enrique C’est finit” para no volver a hablar más. Las pupilas están dilatadas, pulso filiforme y apenas perceptible, poco á poco aparece el estertor traqueal; después de tres o cuatro inspiraciones lentas y superficiales, se sigue una pausa espiratoria, cada vez más prolongada.
A las 11½ lanzó un último suspiro breve y profundo, que fue para los que le rodeaban la señal de que este mártir al abandonarnos, iba a ocupar en lo infinito el sitio que el Todo Poderoso tiene reservado para los que como él ejercen la mayor de las virtudes: la Caridad
Por la mañana, 7h. 15 m. 36º8 (118 p. 24 r). La inteligencia se ha perdido casi completamente; de vez en cuando llama a alguno de los amigos que lo rodean, y una vez cerca de él, nos mira indiferente como si no nos conociese. La palabra es más y más ininteligible; continúa la carfología y el crocidismo.
A las 10 a.m. una deposición.
Otra deposición a las 11. h.
A las 12¼ 35.9º. (115 p. 26 r). El resto del día lo ha pasado en el mismo estado.
A las 9 y 20 37.1º (120 p. 26 r). Desde hace algunos instantes ha entrado en coma interrumpido de rato en rato por quejidos entremezclados con palabras incomprensibles; pocos instantes después pronuncia con bastante claridad la siguiente frase: “Enrique C’est finit” para no volver a hablar más. Las pupilas están dilatadas, pulso filiforme y apenas perceptible, poco á poco aparece el estertor traqueal; después de tres o cuatro inspiraciones lentas y superficiales, se sigue una pausa espiratoria, cada vez más prolongada.
A las 11½ lanzó un último suspiro breve y profundo, que fue para los que le rodeaban la señal de que este mártir al abandonarnos, iba a ocupar en lo infinito el sitio que el Todo Poderoso tiene reservado para los que como él ejercen la mayor de las virtudes: la Caridad
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